Nunk me había detenido a
pensar en como iba a morir, aunque me habrían sobrado los motivos en los tres últimos
meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de
haberlo intentado.
Con la respiración
contenida, contemple fijamente los ojos oscuros del cazador al otro lado de la
gran habitación. Este me devolvió la mirada complacido.
Seguramente, morir en
lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar.
Incluso noble.
Eso debería contar algo.
Sabia que no afrontaría
la muerte ahora de no haber ido a Forks, pero, aterrada como estaba, no me arrepentía
de de esta decisión. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente
cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.
El cazador sonrío de forma amistosa cuando avanzo
con aire despreocupado para matarme.